Confemetal: Apostar por la industria con energía

Confemetal, la confederación nacional de las empresas del metal en la que está integrada FREMM, advierte que garantizar el suministro eléctrico a la industria es vital para la economía y el empleo.

En un clima de incertidumbre, máxima en el capítulo energético, el debate europeo se centra ahora tanto en la disponibilidad de recursos como en el precio de las materias prima energéticas. Así, se nos señala que en España el problema al que nos enfrentamos no es tanto de disponibilidad (actualmente con reservas del entorno del 84%) sino de precios, condicionados como estamos por una demanda mundial voraz y acceso limitado y por una fuerte exposición al mercado spot de nuestro país frente a países con mayor presencia de contratos a largo plazo.

Es ahora cuando todos los países deben dar lo mejor de sí para proponer planes de contingencia con los que abordar la actual crisis energética y reducir sus consumos en línea con la reducción de la dependencia energética que ha planteado Europa. Ello supone abordar la actual crisis desde una triple perspectiva: maximizar el ahorro y la eficiencia, plantear la sustitución de las actuales fuentes de energía por otras alternativas y establecer mecanismos de sostenibilidad con el resto de los países europeos.

Emtre las acciones propuestas a nivel comunitario lo que más ha agobiado en las últimas semanas a la industria ha sido la relativa a la reducción coordinada de la demanda de electricidad en la EU y si tal reducción coordinada podía implicar posibles reducciones impuestas en el consumo de energía o restricciones de suministro que afectasen a la industria. Algunos países europeos reabrían este verano con sus sectores industriales un peligrosísimo debate sobre “sectores esenciales” y “sectores no esenciales”, con miras al posible establecimiento de restricciones en el consumo de energía.

España tiene un compromiso de reducción de consumo del 7% y por lo que gobierno nos informaba recientemente ello será logrado a través de un plan específico de contingencia centrado en medidas de ahorro y eficiencia energética y de sustitución de fuentes de energía fósiles por otras renovables y sostenibles pero sin plantear, en modo alguno, la posibilidad de interrupción de suministros a la industria, algo de lo que la industria se alegra y mucho.

No obstante ello, el contexto actual de inestabilidad e incremento de costes ya plantea paros en algunas industrias, especialmente en sectores de mayor intensidad energética, e incluso riesgos reales de deslocalización de actividades productivas, lo que exige, ahora más que nunca, la adopción de medidas urgentes de ayuda a la industria. Medidas que van desde mayores esfuerzos en ayudas directas a las industrias y mecanismos adicionales de financiación, hasta flexibilización de contratosde electricidad para poder reducir temporalmente y de forma ágil el término fijo de potencia, flexibilización de ERTES, la inclusión en compensación de costes indirectos a sectores en riesgo de fuga de carbono que actualmente no estarían incluidos, o la necesaria reducción de cargas burocráticas asociadas a inversiones en sustitución energética, como pueden ser las inversiones en nuevas instalaciones de autoconsumo.

En definitiva, son muchas todavía las cosas que pueden hacerse y muchas son las políticas que deben desplegarse para evitar que la industria europea salga herida de muerte como daño colateral de esta guerra. Es pues el momento de desplegar firmes medidas de apoyo a un sector económico, la industria, sobre el que durante muchos años hemos hecho reposar el auténtico empleo de calidad.

Ahora o nunca. Es hora de apostar, y fuerte, por la industria.

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