Desde el  punto de vista de la higiene industrial, contaminantes son todos aquellos  agentes que surgen como consecuencia de la actividad laboral y que pueden  producir una alteración en la salud del trabajador. De acuerdo con esto,  podemos clasificarlos en tres grandes grupos:
			    • Agentes  contaminantes químicos.
			    
• Agentes  contaminantes físicos.
			    
• Agentes  contaminantes biológicos.
			    
El hombre para vivir necesita respirar una atmósfera «limpia» libre de contaminantes, entendiendo por tales toda alteración en la composición normal de la atmósfera por variación en la proporción de sus componentes iniciales o por la presencia de cuerpos extraños de materia inerte ya sean sólidos, líquidos o gaseosos, extraños a la composición normal, y que son llamados agentes químicos.
			    Los  agentes químicos están divididos en dos grandes grupos según el estado en que  se presentan:
	          
1.  Estado gaseoso: Son  sustancias que se presentan como gases a la temperatura y presión  normales (25º C y 760 mm.); por ejempio, el óxido de carbono, gas del  alumbrado, cianhídrido, etc. Los vapores representan la fase gaseosa de  una sustancia que es líquida o sólida a la temperatura y presión normal, como,  por ejemplo, el benzol, tetracloruro de carbono, amoniaco, etc.
	          
2.  Materias particuladas: Constituidas  por partículas sólidas o líquidas dispersas en la atmósfera. Se dividen en:
			    Partículas  sólidas
	          
Polvos: Partículas sólidas en  suspensión en el aire, producidos generalmente por procesos de desintegración.  Según su toxicidad se pueden clasificar en:
	          
a) Polvos tóxicos, que producen envenenamiento.  Ejemplos: plomo, arsénico, mercurio, fósforo, etc.
		        b) Polvos neumoconióticos, que provocan fibrosis  en los pulmones. Ejemplos: sílice, silicatos, asbestos, etc.
		        c) Polvos inertes, que pueden causar irritación  pero no producen envenenamiento ni fibrosis. Son simplemente polvos molestos.  Ejemplos: aluminio puro, yeso, etc.
		        d) Polvos irritantes de la piel (sosa, potasa,  etc.).
		        e) Polvos que producen alergia en ciertas  personas (polen, algodón, plumas, pelos, serrín, etc.).
	          
Humos: Son partículas sólidas  formadas por condensación. Es el caso, por ejemplo, de los metales en fusión y  de los procesos de soldadura.
		      
Rocío  o aerosoles: Son partículas  líquidas producidas por la desintegración de un líquido (pintura pulverizada).
		        Nieblas: Son partículas líquidas o  rocíos visibles en el aire debidas a la condensación de vapor de un líquido en  un núcleo gaseoso.
		      
Para tener un conocimiento exacto de los agentes químicos, sobre sus características físicas y propiedades químicas, la forma de evaluar su concentración, sus riesgos toxicológicos y la forma de prevenirlos, los primeros auxilios a aplicar en caso de intoxicación, los riesgos de incendio y explosión que presentan, qué agentes extintores deben utilizarse, qué hacer en caso de incendio o derrame, cómo deben almacenarse con seguridad y cómo deben etiquetarse, las fichas toxicológicas resultan indispensables.
Los  contaminantes físicos son distintas formas de energía que, generados por fuentes  concretas, pueden afectar negativamente a las personas que están sometidos a  ellas.
			    Además de  la temperatura, de la que ya hemos hablado, podemos encontrarnos con los  siguientes contaminantes físicos en el ambiente de trabajo:
			    –  Radiaciones.
			    – Ruido y  vibraciones.